¡Increíble revelación! María José Quintanilla confiesa la carrera que habría estudiado si no fuera cantante
La cantante chilena abre su corazón sobre sus deseos de ser madre, pero confiesa un temor que podría cambiarlo todo. ¿De qué se trata?
María José Quintanilla fue entrevistada recientemente por Pamela Díaz en su programa de YouTube Sin Editar. Durante la charla, la artista compartió detalles sobre su vida personal y profesional, abordando temas como su deseo de ser madre y la carrera que habría elegido si no se hubiera dedicado a la música y la televisión.
En un momento de la conversación, Pamela le preguntó sobre la carrera que habría escogido, a lo que Quintanilla respondió: «Me habría encantado ir a la u. Es que yo tengo un don», señaló.
María José también reflexionó sobre su desempeño escolar, mencionando que en su etapa básica obtenía notas destacadas: «cuando chica, en básica (tenía promedio) 6.8, bien, y cuando grande no tan bien, 5.5 o 5.6».
La conversación continuó cuando Pamela Díaz le consultó si estudió música, a lo que la cantante contestó: «Me hubiese gustado estudiar educación diferencial».
La artista profundizó en su vocación, expresando su afinidad con los niños: «Tengo un don, yo no busco que los niños me sigan, pero me siguen». Agregó que tiene una facilidad especial para entretenerlos y calmarlos: «Tengo un don para entretenerlos, para dejarlos tranquilos, para hacerlos dormir».
El miedo de María José Quintanilla al parto
Por otro lado, María José Quintanilla confesó su deseo de ser madre, pero también reveló su mayor temor: el parto. «¿Duele? Es que yo le tengo susto a la pujada», afirmó, sorprendiendo a Pamela.
La cantante recordó las experiencias de su hermana durante sus partos, mencionando que en dos ocasiones no pudo recibir la epidural: «mis parámetros son altísimos», indicó. Cuando Pamela le preguntó si su hermana tuvo partos naturales, Quintanilla respondió sorprendida: «No, no, no…».
Además, María José relató que estuvo presente en el tercer parto de su hermana, una experiencia que la conmovió profundamente, hasta el punto de llorar de emoción: «Yo, que con esas cosas no soy tan sensible, lloré, me emocioné, la abracé… y como que mi visión de ella cambió, la admiro».
