“Prefiero un año sin sexo que un año sin bótox”: La inesperada declaración de Vesta Lugg

Durante la presentación de “11 mil Kilómetros”, Vesta Lugg habló sobre autodescubrimiento y privilegios

Vesta Lugg

Durante la presentación de su reciente sencillo “11 mil Kilómetros” y su debut literario “Negóciate y gana”, tuvimos un diálogo con Vesta Lugg, abordando distintas cuestiones, incluyendo su proceso de autodescubrimiento reciente.

“¡Amo el bótox! Le rezo al bótox, es lo mejor que he conocido en mi vida, si tú me decí un año sin sexo o un año sin bótox, yo prefiero un año sin sexo, te lo juro”, nos revela al hacer referencia a un video que compartió hace poco.

En el video, la cantante compartió que desde los 23 años se ha sometido a tratamientos de toxina botulínica para evitar líneas de expresión. “No quería que se me marcara, me empecé a pinchar baby bótox, y me sigo inyectando poquititono es mucho, y eso va de la mano de un cuidado, comer bien, yo no tomo alcohol, me acuesto a las 21:30, entreno todos los días. Va de la mano de un estilo de vida que me hace muy feliz”, explicó.

  • ¿Qué te motivó a compartirlo?

“Estaba cansada de que me vean como la ‘niña natural’. Quería que mis seguidoras supieran que no nací con este look”, admite.

  • Y la Vesta actual, ¿cómo es?

“Antes evitaba hablar de esto con la prensa, pero ahora estoy dispuesta a compartir mi realidad y sentirme comprometida con ello”.

  • ¿Por qué el cambio?

“De niña, al ver a chicas en TV, sentía presión estética. Si me muestro de cierta manera, quiero que sepan la razón. Me siento responsable de esa percepción”.

Vesta Lugg: Reconociendo Privilegios y Valores Esenciales

Siempre consciente de sus ventajas, Vesta expresa: “Es vital reconocer el privilegio en todos los aspectos. Es una realidad innegable”.

La ícono pop señaló: “Yo pude dedicarme al arte porque no tuve que mantener a mi familia, yo puedo hoy día hacer música porque hubo una responsabilidad y una educación sexual en el colegio, no quedé embarazada en contra de mi voluntad a los 12, 13 o 14 años, tuve acceso a comprar condones, tuve acceso de ir a vivirme sola a los 17, cuando trabajaba en Bacán pude ahorrar mi plata y no tener que aportar en la casa, y ese es un privilegio y si yo no lo reconociera atentaría contra lo que yo espero para el mundo”.

Vesta continuó: “No puedo hacer nada para cambiar lo que he vivido, pero sí puedo tener las conversaciones desde el lugar que tengo, eso se aplica a todos sentido”.

“A mí nunca me ha costado encontrar una talla en mi ropa en el mall,nunca he sido discriminada por cómo me veo, nunca me he sentido que no califico a algo porque tengo una talla distinta, esa es una super conversación importante de tener”, concluyó.