Probablemente, muchos pasan por alto el acto de lavar el plátano antes de despejar su cáscara para consumirlo. Pese a esto, expertos sugieren que esta medida higiénica es crucial por cuestiones de salud.

La robustez de la cáscara de este fruto puede dar la falsa seguridad de que la contaminación no alcanza su pulpa.

No obstante, limpiarlas previamente a su ingesta puede prevenir varios riesgos asociados.

¿Por qué es esencial lavar el plátano?

Aunque la envoltura del plátano finalmente acaba en el desecho —algunos la reutilizan como fertilizante orgánico—, es vital lavar el fruto con agua directa del grifo.

Según Tamika Sims, del Consejo Internacional de Información Alimentaria, higienizar alimentos con cáscaras gruesas es “una de las mejores prácticas en la manipulación segura para minimizar la transferencia de suciedad o microbios” que podrían estar en el exterior “hacia el interior de la fruta que se planea consumir”.

Aunque visualmente limpio, el plátano podría estar “contaminado” por agentes como pesticidas o bacterias invisibles a simple vista.

“Las cáscaras de plátano y otros productos con exteriores gruesos son tan susceptibles a tener bacterias como las frutas y verduras más suaves y de piel más delicada”, comentó Trevor Craig, experto en inocuidad alimentaria, al Huffpost.

Algunas personas optan por cortar la banana usando un utensilio, lo que podría transferir microbios desde la cáscara a su interior.

De esta manera, “lavarlos reduce la probabilidad de que eso suceda. No es un proceso perfecto y ciertamente no esteriliza los alimentos, pero se puede reducir el riesgo, siempre que se haga de forma segura”, añadió Craig.

El chef Joshua Resnick compartió la idea: “Si el alimento simplemente saliera de la tierra, lo pusieran en una caja y lo llevaran a un mercado de agricultores, ese producto podría haber entrado en contacto con todo tipo de suciedad o contaminantes durante su viaje”.

¿Cuál es la manera adecuada de lavar el plátano?

Se sugiere usar el agua directamente del grifo. No es esencial aplicar jabones específicos o detergentes.

Para una limpieza más detallada, Craig aconseja una mezcla de vinagre: una porción de este componente por cuatro de agua, rociándolo sobre el fruto.

“Esto ayudará a matar algunas bacterias y no dejará mal sabor ni posibles sustancias químicas peligrosas en los alimentos”, finalizó.