La historia de Karin Salgado, una TENS que trabajaba en el Hospital Herminda Martín de Chillán, es un triste ejemplo de las graves consecuencias del acoso laboral. Karin se quitó la vida en 2019 después de enfrentar múltiples abusos en su lugar de trabajo. Este trágico caso ha llevado a la promulgación de una nueva ley de acoso laboral, que entró en vigor el 1 de agosto.

El calvario de Karin: de testigo a víctima de acoso laboral en su trabajo

Karin vivió un verdadero calvario en su empleo. En 2018, fue llamada como testigo en un sumario por hurto de insumos y terminó siendo castigada. Desde entonces, su vida laboral se tornó insostenible debido al constante hostigamiento de su jefa, quien la desacreditó públicamente y fomentó su aislamiento.

“Todo esto me llevó abajo anímica y psicológicamente,” escribió Karin en su carta de despedida. En ella, también relató cómo su jefa presionó a sus colegas para que la excluyeran y tomó represalias contra quienes la apoyaron.

La trágica historia de Karin: acoso laboral y dificultades económicas que llevaron a una nueva ley

Las dificultades económicas también golpearon a Karin. Fue suspendida de su empleo por 30 días, con solo el 70% de su salario, lo que agravó aún más su situación. En una carta desesperada a la Contraloría, detalló su precaria situación financiera, que incluía altos gastos mensuales y la imposibilidad de cubrir sus necesidades básicas.

La respuesta a su carta no fue favorable, lo que profundizó su depresión. El hostigamiento continuó en su trabajo, con su jefa negándole incluso un premio que sus colegas le habían otorgado. En octubre de 2019, Karin intentó suicidarse, pero fue en noviembre cuando finalmente tomó la trágica decisión de quitarse la vida.

La indignación por su muerte llevó a sus compañeros a exigir justicia. En un contraste doloroso, mientras el cuerpo de Karin era retirado del Servicio Médico Legal, algunos de sus superiores celebraban un cumpleaños en el mismo hospital.

La hermana de Karin, Claudia, junto a amigas y la diputada Erika Olivera, impulsaron la creación de la “Ley Karin”, que ahora obliga a las empresas y entidades estatales a establecer protocolos de prevención del acoso laboral y sexual, así como la violencia en el trabajo.