En los últimos tiempos se ha observado una escasez de billetes de mil y dos mil pesos, especialmente debido al aumento en el uso de efectivo para realizar pagos de bienes de consumo.

Cada vez resulta más difícil obtener “billetes pequeños” en nuestro país, lo cual representa un problema, especialmente para aquellos encargados de almacenes y negocios locales que deben realizar pagos de montos reducidos.

Estos vendedores se ven obligados a encontrar soluciones creativas para poder entregar el cambio en efectivo a sus clientes. “La mayor parte de la gente que viene paga con débito y el efectivo es muy poco y siempre son billetes grandes. Nos cuesta obtener sencillo, nos cuesta bastante”, explica Keyla, quien trabaja en un minimarket en Estación Central.

Cecilia Feliú, gerente tesorera del Banco Central, dijo que “los cajeros automáticos en general están más dirigidos hacia las altas denominaciones, que son de 10 mil y 20 mil pesos. Entonces por eso se siente que hay menos, pero hay un 33 % de todo lo que se circula son de 5 mil hacia abajo y el resto, un 66 %, es decir, 2 de cada 3 billetes son de 10 mil o 20 mil”.

Según la funcionaria, la escasez de estos billetes se debe a que “los cajeros tienen una serie de restricciones, costos asociados también de reposición que claramente una baja denominación se va más rápido, se vacía más rápido el cajero y eso hace que el banco tenga que volver a reponer con billetes y eso lo hace más caro como proceso”.

A pesar de los llamados realizados por el Banco Central a los diferentes actores del sistema bancario, la realidad es que estos billetes circulan con menos frecuencia y “la cantidad de cajeros automáticos paulatinamente se ha ido moderando o no ha ido creciendo, de hecho hay comunas que no tienen cajeros automáticos, entonces esto dificulta más”, explicó Tomás Flores, economista y académico de la Universidad Bernardo O’Higgins.