¿La usabas en casa? Reconocida marca de papel higiénico se declara en bancarrota y vende todo
Royal Paper, una importante empresa del sector papelero, se declara en bancarrota debido a problemas operativos y financieros.

La industria papelera atraviesa una crisis significativa después de que Royal Paper, uno de sus fabricantes más reconocidos, solicitara protección por bancarrota. A pesar de haber sido un líder dentro del sector durante varias décadas, la compañía no logró mantenerse a flote frente a un panorama económico cada vez más complicado.
La firma, conocida por la producción de papel higiénico, toallas de papel y servilletas, abastecía a importantes marcas como Trader Joe’s, Whole Foods y Kroger. En un proceso legal iniciado en el estado de Delaware, Estados Unidos, la empresa solicitó amparo bajo el Capítulo 11 de la ley de quiebras.
Deudas millonarias y acuerdo de venta
Según los informes judiciales, Royal Paper, con sede en Phoenix, Arizona, enfrenta un panorama financiero delicado, con deudas y activos que oscilan entre 100 y 500 millones de dólares. En un intento por reestructurar sus operaciones, la compañía alcanzó un acuerdo preliminar para vender la mayor parte de sus activos a Sofidel America Corp. por 126 millones de dólares. Sin embargo, la transacción aún debe recibir la aprobación de un juez y está sujeta a ofertas competitivas.
Según Bloomberg, el proceso de bancarrota fue presentado el pasado martes, con el objetivo de reorganizar sus operaciones y asegurar que la compañía pueda continuar ofreciendo sus productos y servicios en el futuro.
Problemas financieros y operativos
La decisión de solicitar la bancarrota fue impulsada por una serie de factores financieros que se fueron agravando con el tiempo. Michael Ragano, director de la reestructuración de la empresa, explicó que uno de los principales obstáculos fue la dificultad de la compañía para satisfacer la creciente demanda de sus clientes durante el último año.
Entre las principales razones de esta situación se encuentran la escasez de mano de obra, sumada a un incendio que afectó a una de sus plantas de producción, lo que interrumpió gravemente su capacidad operativa.
Estas complicaciones internas también repercutieron en la relación con sus proveedores, quienes, según Ragano, comenzaron a endurecer sus condiciones crediticias, lo que aumentó aún más la presión financiera sobre Royal Paper y dificultó la continuidad de su operación.