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“Me froté el ojo y la piel se desprendió”: el estremecedor caso detrás de una mancha en el párpado

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publicado: 16.04.2025
Jessica Zbinden-Webster

Jessica Zbinden-Webster superó un cáncer de piel que comenzó como un poro obstruido. Hoy se encuentra libre de cáncer y cuida su piel.

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Cuando tenía solo 26 años, Jessica Zbinden-Webster comenzó a notar algo extraño en uno de sus párpados. Lo que inicialmente parecía un simple poro obstruido resultó ser el primer signo de una grave enfermedad. Al principio, lo ignoró pensando que solo se trataba de una pequeña imperfección en la piel, pero pronto se dio cuenta de que era algo mucho más serio.

El diagnóstico de cáncer de piel

“Una mañana, sentada en mi escritorio, me froté el ojo y la piel de la lesión se desprendió y empezó a sangrar”, relató Jessica, quien ahora tiene 33 años y vive en el Reino Unido. Alarmada por este cambio, al día siguiente decidió acudir a un centro médico donde, tras las pruebas, su doctor le reveló que tenía cáncer de piel. Específicamente, se trataba de un carcinoma basocelular, uno de los tipos más comunes de cáncer cutáneo.

Intervenciones quirúrgicas necesarias

Tras recibir el diagnóstico, Jessica fue sometida a su primera cirugía, que resultó en la pérdida de gran parte de su párpado inferior. “El agujero que dejó la cirugía para extirparlo era tan grande que necesité un injerto de piel“, explicó. Fue sometida a dos procedimientos quirúrgicos consecutivos: uno para extraer el párpado y otro para realizar el injerto.

Su cirujano usó piel del interior de su brazo, la afinó y la colocó en el párpado. “Desde entonces, me he sometido a cinco cirugías láser para alisar la piel, ya que la piel debajo de los ojos es única. Es la más delgada del cuerpo y necesita una forma específica de contraerse y funcionar como la piel normal del ojo”, comentó Jessica.

La importancia de la cirugía

Jessica afirmó que, de no haber sido extirpado, el cáncer podría haberse extendido al hueso o al nervio óptico, lo que habría representado un riesgo para su cerebro. “Tenía que salir“, explicó, subrayando la urgencia de la operación.

Libre de cáncer, pero cuidando su piel

Hoy en día, Jessica está libre de cáncer y se siente agradecida por haber superado la enfermedad. “Con un poco de maquillaje apenas se ve el injerto“, añadió, aunque todavía sigue tomando precauciones debido a las cicatrices de la enfermedad. Ahora se cuida mucho del sol, que representa un peligro para su piel, especialmente porque tiene ojos azules y piel clara, lo que la hace más propensa a los daños solares. “Nunca he sido una gran aficionada al sol, pero al tener ojos azules y piel clara, estoy genéticamente predispuesta a sufrir daños solares“, confesó.

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Jessica sigue luchando por mantener su salud y cuidar su piel de las exposiciones peligrosas. Su historia es un recordatorio de la importancia de atender cualquier cambio en la piel y la urgencia de la detección temprana.

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