Después de un mes de intensa búsqueda, finalmente este viernes fueron localizados con vida los cuatro niños que se encontraban perdidos en la selva de Colombia.

Después de un mes de intensa búsqueda, finalmente este viernes fueron localizados con vida los cuatro niños que se encontraban perdidos en la selva amazónica colombiana.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, fue quien confirmó la noticia a través de sus redes sociales.

Refugio improvisado de hojas y troncos

Los cuatro hermanos, de 13, 9, 4 y 1 año de edad, estaban desaparecidos desde que la avioneta en la que viajaban se estrelló el 1 de mayo en la zona de la selva de Colombia.

Una vez que los niños fueron encontrados y llevados a centros de salud en Colombia, se han conocido más detalles sobre su experiencia.

Según relató la tía de los niños a Caracol Noticias, lograron sobrevivir gracias a un refugio improvisado que la hermana mayor construyó utilizando hojas y troncos. A pesar de estar débiles y deshidratados, pudieron alimentarse con frutas.

Damaris Mucutuy, la tía, explicó que su sobrina pudo crear un refugio utilizando las habilidades que aprendió en juegos de infancia. “Cuando jugábamos, solíamos armar refugios con hojas y troncos, y creo que ella utilizó ese conocimiento para ayudar a sus hermanitos a sobrevivir”, relató la tía.

Supervivencia con frutas

En cuanto a la alimentación, el capitán Andrés Chaparro reveló que “los niños cuentan que se alimentaron de los frutos que la selva les brindaba y de los kits de supervivencia que encontraron a su paso”.

Lesly Jacobo Bonbaire, la niña de 13 años, recolectó maracuyá, guayabas y otros frutos propios de la Amazonía para alimentar a sus hermanos.

Agradecimiento de la familia

En una entrevista con la prensa local colombiana, la abuela de los niños describió el momento en que se enteró de su hallazgo. “Me llamaron para darme la noticia y, al principio, no lo creí, pero luego me llamaron nuevamente confirmando que sí los habían encontrado”, relató.

Posteriormente, expresó su tranquilidad cuando recibió la llamada de Henry Guerrero, un indígena de la comunidad de Araracuara, quien le dijo: “Fatimita, encontramos a sus nietos, los cuatro están vivos”.