El Superclásico que aún duele: Johnny Herrera revive la imagen que no puede olvidar nunca
En medio de una dinámica televisiva, un exfutbolista recordó un inolvidable momento que marcó un clásico del fútbol chileno.

Johnny Herrera sabe muy bien lo que significa disputar un Superclásico. Durante su extensa carrera en Universidad de Chile, fue protagonista en múltiples ediciones del choque ante Colo Colo, incluyendo grandes triunfos como el emblemático 5-0 de 2011 bajo la dirección de Jorge Sampaoli, y la contundente victoria por 4-0 en semifinales del torneo nacional en 2012.
Derrotas que también quedaron grabadas
Pero su historial no solo está marcado por festejos. En su época como arquero también vivió derrotas dolorosas y presenció en carne propia goles que con el tiempo se volvieron parte de la historia grande del club rival.
Uno de esos momentos ocurrió en la Copa Chile 1996, cuando Marcelo Espina convirtió un golazo de tiro libre que dejó inmóvil al guardameta Aníbal Pinto. Luego de anotar, el volante argentino corrió al banderín del córner, colgó su camiseta y lo levantó como estandarte, en una imagen que quedó grabada en la memoria colectiva.
“Un remate impresionante”, narraba por entonces Milton Millas, mientras los albos avanzaban a la siguiente ronda y, eventualmente, se quedaban con el título bajo el mando del técnico Gustavo Benítez, cerrando así un bicampeonato soñado.
Herrera revivió el momento en plena transmisión
En una reciente edición del programa Todos Somos Técnicos de TNT Sports, mientras debatían sobre el once histórico de Colo Colo en el marco de su centenario —celebración que se ha visto empañada por la tragedia ocurrida en el Estadio Monumental—, Johnny Herrera trajo al presente ese icónico momento.
“¿Se acuerdan de ese gol de (Marcelo) Espina a Aníbal Pinto en una Copa Chile? Esa del banderín. Bueno, yo estaba de pelotero y pasó por el lado mío festejando”, relató el exarquero, mientras el panel repasaba los grandes nombres que han dejado huella en la historia del club albo.
Ese gol y posterior celebración no solo marcaron una semifinal, sino también uno de los episodios más simbólicos de la rivalidad entre azules y albos. Que Herrera lo recuerde desde su rol como pelotero reafirma cuánto trasciende el fútbol más allá de la cancha, quedando grabado incluso en quienes años después se transformarían en protagonistas del mismo clásico.