La Universidad de Chile se enfrenta a un desafío logístico inesperado antes de su próximo encuentro contra Deportes Iquique, programado para el 5 de mayo en el marco del Campeonato Nacional. Con el Estadio Nacional fuera de discusión debido a una serie de recitales recientes, el equipo se ha visto obligado a buscar una alternativa.

Tras los conciertos de la sensación colombiana Karol G y la aclamada banda nacional Los Bunkers en el Estadio Nacional, la Universidad de Chile se encontró sin su sede habitual para los partidos locales. Sin embargo, han encontrado una solución provisional en el Estadio Elías Figueroa de Valparaíso.

Aunque inicialmente la idea era permanecer en Santiago, el excelente estado del terreno de juego en Valparaíso ha convencido tanto a la gerencia como a los jugadores del equipo. Las conversaciones están en marcha para trasladar el próximo partido al puerto, y el camarín azul está satisfecho con la perspectiva de jugar en una cancha en tan buenas condiciones.

El delantero Nicolás Guerra expresó su aprobación por la elección, compartiendo su experiencia previa en el estadio donde juega habitualmente Santiago Wanderers. “Esa cancha nos ha tocado jugar, es bonita, me gusta mucho. Si nos toca ahí, bacán. ¿El viento? Es un factor, como en varias canchas, pero son factores que hay que saber jugar”, comentó Guerra, destacando su adaptabilidad a diferentes condiciones de juego.

A pesar de la situación, la Universidad de Chile sigue preocupada por el estado del Estadio Nacional después de los eventos musicales, que ya han obligado al equipo a desplazarse a otras sedes en el pasado. “Es una preocupación, estamos acostumbrados a jugar de local en el Nacional, salir, nos pasó el año pasado, es incómodo, pero debemos hacerlo de la mejor manera”, concluyó Guerra, reflejando la inquietud del equipo ante los desafíos logísticos que enfrentan.