¡REMEZÓN! Ricardo Gareca no podría llevar a la gran figura del campeonato nacional a la Copa América con la Roja
La posible convocatoria de Luciano Cabral para la Selección Chilena en la Copa América enfrenta desafíos legales y éticos.
El debut de Ricardo Gareca al mando de la Selección Chilena ha sido prometedor, con una convincente victoria sobre Albania y una luchada derrota ante Francia, que destacan el inicio del nuevo ciclo. Sin embargo, una sombra de controversia se cierne sobre una posible convocatoria: la del talentoso volante Luciano Cabral, quien enfrenta obstáculos legales que podrían complicar su participación en la Copa América.
A pesar de sus destacadas actuaciones con Coquimbo Unido en el Campeonato Nacional de Primera División, Cabral ha sido excluido de la primera nómina de Gareca debido a sus antecedentes penales. El jugador estuvo más de cinco años en prisión por su participación en un incidente de homicidio durante una riña nocturna.
Las estrictas medidas de ingreso a Estados Unidos, sede del próximo torneo continental, podrían impedir la participación de Cabral en la Copa América. La ANFP considera solicitar un permiso especial para evitar el riesgo de rechazo, pero también cuestiona la necesidad de gestionar una excepción para un jugador que aún no ha demostrado su valía con la selección.
El problema se agrava al mirar hacia el futuro, ya que si Chile logra clasificar al próximo Mundial, enfrentaría desafíos similares en países como Estados Unidos y Canadá, donde las restricciones fronterizas podrían complicar la participación de Cabral y otros jugadores con antecedentes.
Además de las implicaciones legales, existe un dilema moral en la ANFP. La posible convocatoria de Cabral podría ser mal recibida por la opinión pública, ya que representaría a un país mientras enfrenta cuestionamientos éticos sobre su pasado delictivo.
En resumen, la decisión sobre la inclusión de Luciano Cabral en la Selección Chilena para la Copa América no solo involucra consideraciones legales y logísticas, sino también éticas y sociales que plantean un difícil dilema para la Roja.