Después de un año y seis meses de espera, el Estadio Nacional reabrió sus puertas al fútbol chileno con la final de la Supercopa entre Huachipato y Colo Colo. Sin embargo, lo que debería haber sido una celebración marcó un triste regreso al recinto deportivo, empañado por incidentes violentos que resultaron en severos daños.

El último encuentro disputado en el estadio había sido el clásico universitario el 27 de agosto de 2022. Desde entonces, el recinto estuvo cerrado debido a las obras realizadas para los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos. La final de la Supercopa se presentaba como un hito en la reanudación de la actividad futbolística.

Sin embargo, la violencia de los barristas albos provocó la suspensión del partido a los 80 minutos por decisión del árbitro José Cabero. Lo que siguió fue aún más preocupante: en la galería norte, algunos fanáticos incendiaron las butacas cercanas al memorial del Estadio Nacional.

El fuego consumió 90 de los 160 asientos dañados, y los tablones de la Escotilla 8 del memorial, que conmemora el oscuro pasado del estadio como centro de detención, tortura y desaparición de personas en 1973, también sufrieron graves daños.

Este bochornoso episodio no solo deja una marca negativa en el retorno del fútbol al Estadio Nacional, sino que plantea interrogantes sobre la seguridad en los eventos deportivos y la conducta de los fanáticos. Las autoridades deberán abordar este problema para garantizar que incidentes como estos no se repitan en el futuro.

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Fotos: Agenciauno/EFE.