La trayectoria de un futbolista no siempre es lineal, y Nicolás Garrido es un claro ejemplo de ello. Siendo parte de la cantera de Colo-Colo, uno de los clubes más grandes de Chile, Garrido se vio enfrentado a la dura decisión de abandonar temporalmente el Monumental en búsqueda de minutos y experiencia. Y vaya si la decisión ha rendido frutos.

Trasladarse a Unión San Felipe podría haber sido visto como un paso atrás en su carrera, pero Nicolás ha demostrado que, a veces, es necesario dar un paso al costado para luego avanzar dos hacia adelante. No sólo ha sido una pieza clave en la defensa del equipo aconcagüino, sino que también ha dejado su sello en el marcador. Esta regularidad y confianza es justamente lo que necesita un joven defensa para consolidarse y aspirar a retornar con todo a un equipo grande.

El buen desempeño de Unión San Felipe en la Primera B ha sido una de las sorpresas del torneo, y Garrido ha sido parte integral de ese éxito. El equipo ha demostrado ser una verdadera amenaza en la lucha por el ascenso, y el joven defensa ha sido uno de sus pilares.

El próximo desafío para Garrido será su regreso a Colo-Colo. No será fácil, dado el nivel y la competencia que hay en el equipo albo. Sin embargo, su experiencia y confianza ganadas en San Felipe le darán una ventaja. De hecho, su rendimiento no ha pasado desapercibido para el cuerpo técnico del Cacique, que deberá decidir si es momento de integrarlo al primer equipo o si es mejor para su desarrollo continuar cedido a préstamo.

El joven zaguero tiene ante sí una gran oportunidad de demostrar que puede ser un aporte para el primer equipo de Colo-Colo, y su historia es una inspiración para muchos jóvenes que, al igual que él, buscan su lugar en el fútbol profesional. Su evolución es una prueba de que, con dedicación y esfuerzo, los obstáculos pueden superarse y las oportunidades aparecerán.