Cuando la denuncia de abuso sexual contra Cristián Campos se hizo pública, el actor regresaba a casa después de ensayar una pieza teatral en la que actúa su esposa, María José Prieto.

Junto a otros notables del teatro chileno, estaban por debutar en una comedia dirigida por Rodrigo Bastidas, pero la acusación alteró todos los planes.

Por medio de la Fundación para la Confianza, la psicóloga Raffaella Di Girolamo lo acusó de haberla sometido a abusos sexuales presuntos durante su niñez y adolescencia, mientras estaba casado con la actriz Claudia Di Girolamo.

Mega Investiga confirmó que el proceso judicial fue aceptado por la justicia tradicional, concretamente por el 34° Juzgado del Crimen de Santiago. No obstante, el Ministerio Público no manejará el caso, ya que un juez de dicho tribunal se encargará de investigar y emitir un veredicto.

La defensa de Campos por parte de Prieto

Tras conocerse la querella, Campos dejó el elenco, decisión voluntaria según Bastidas. Prieto, quien siguió en la obra, también expresó esta versión. Recientemente, la instructora de yoga defendió la supuesta inocencia de su esposo.

“Cristián fue quien decidió bajarse de la obra, más que nada para respetar el proceso, al elenco y al público. Uno nunca sabe si puede llegar alguien a una función con otras intenciones y generar para los demás una mala experiencia”, declaró inicialmente a El Mercurio.

Después, añadió: “Que exista una denuncia no quiere decir que sea culpable de lo que se le acusa. A nosotros como familia nos consta que él es inocente, pero eso es algo que probaremos durante el juicio. Que alguien no pueda trabajar por eso es algo tremendamente injusto. Habíamos ensayado mucho, estamos muy dolidos”.

“Hecho abyecto y horroroso que nos afecta como familia”

Posteriormente, tras la presentación de la querella, la familia Di Girolamo divulgó una carta para apoyar a Raffaella.

“Hemos decidido compartir esta carta como parte de nuestro camino de sanación y al mismo tiempo transparentar con nuestras palabras el hecho abyecto y horroroso que nos atraviesa como familia. Hace un tiempo atrás, gracias a la valentía y entereza de Raffaella di Girolamo, nos enteramos de su abuso sexual reiterado cometido por parte de Cristián Campos Sallato”, indica el documento.

“Este abuso comenzó a los 13 años cuando ella era menor de edad y se prolongó hasta sus 16, 17 años, mientras él era parte de la familia y padre de sus hermanos. Por lo tanto, una persona en la cual se deposita el amor, el cuidado y la confianza”, afirmaron.

Finalmente, señalaron que “no vamos a detallar lo ocurrido durante todos esos años, no nos corresponde, pero sí podemos hablar sobre el profundo daño en su calidad de vida, autoestima y el constante miedo que ha experimentado cargando sola por más de 30 años este delito cometido dentro del núcleo familiar”.