Dentro del vestuario de la selección chilena, existe un profundo malestar hacia Marcelino Núñez debido a su expulsión durante la desastrosa derrota de La Roja contra Venezuela.

El equipo nacional sufrió una derrota por 3-0 en Maturín en la cuarta fecha de las eliminatorias rumbo al Mundial 2026. Núñez ingresó al campo desde el banquillo en el minuto 46 y fue expulsado en el minuto 58.

Primero recibió una tarjeta amarilla y segundos después vio la segunda, lo que le valió la tarjeta roja. En ese momento, el equipo chileno protestó la decisión del árbitro Flavio Rodrigues De Souza, pero al revisar las imágenes en el vestuario, la situación cambió.

Según lo detallado por Rodrigo Hernández en Radio ADN, “El Que Más Sabe”, los jugadores de La Roja expresaron su enfado a Núñez por dificultar aún más las cosas para Chile cuando ya estaban perdiendo 1-0 contra Venezuela.

“Ningún compañero ni tampoco el cuerpo técnico, por la distancia que había, se dio cuenta de la razón de la expulsión. Todos consideraban que era una expulsión injustificada, porque en el momento no advirtieron que le tocaba el pecho al árbitro en reiteradas oportunidades”, señaló.

“Una cosa fue la reacción en la cancha y durante la salida de Marcelino del terreno de juego y otra después en el vestuario cuando todos se enteraron de la razón de la expulsión. Y ahí hubo mucha molestia, molestia amplificada. Sí, sus compañeros le representaron el error”, agregó.

Finalmente, Rodrigo Hernández afirmó de manera contundente cuál era el sentimiento del resto de la selección chilena hacia Núñez después de la derrota en el vestuario. “El concepto es emputecidos, y se lo hicieron saber a Marcelino”.

Es importante mencionar que en su informe, el árbitro del partido dejó constancia de que “después de ser advertido con tarjeta amarilla, el jugador (Marcelino Núñez) continuó protestando contra la decisión del árbitro, tocándome en el pecho”.

Debido a la doble tarjeta amarilla, Marcelino Núñez ya está excluido del próximo partido contra Paraguay en noviembre. Sin embargo, en caso de que la Conmebol considere que el jugador agredió al árbitro, la sanción podría aumentar a dos o más partidos.