Ayer, una noticia impactante sacudió al mundo del fútbol en Chile: el país quedó excluido de la organización de los partidos inaugurales del Mundial 2030, a pesar de su compromiso y financiamiento para respaldar la candidatura conjunta sudamericana. Conmebol y luego FIFA tomaron la decisión de otorgar la responsabilidad de los partidos inaugurales a Argentina, Uruguay y Paraguay, dejando a Chile sorprendido y herido en Quilín, la sede de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP).

La noticia fue recibida con consternación en Chile, donde se había trabajado arduamente para respaldar la candidatura conjunta desde el 14 de febrero de 2019, cuando Sebastián Piñera era presidente, Pauline Kantor era ministra del deporte y Sebastián Moreno encabezaba la ANFP. Chile había estado comprometido desde el inicio y había invertido significativamente en esta empresa. Según informes, se habían destinado importantes sumas de dinero para apoyar la candidatura, incluyendo una glosa de $471 millones en el Presupuesto 2024 y otros $466.024.000 entre 2020 y 2023.

El presidente de la ANFP, Pablo Milad, expresó su decepción en una conferencia de prensa y explicó que la decisión de FIFA se basó en criterios que consideraron a Montevideo por ser la sede del primer Mundial, a Argentina por ser el campeón actual y a Paraguay por ser la sede de la Conmebol. Además, se mencionó que la necesidad de equilibrar la distribución de sedes entre los continentes de Europa y África influyó en la exclusión de Chile.

La Corporación Juntos 2030, encargada de promover la candidatura, también tenía una presencia sólida en Chile, con el chileno Michael Boys como secretario ejecutivo, quien contaba con experiencia en FIFA. El compromiso financiero de las federaciones era significativo, con un acuerdo para aportar 950 mil dólares por cada una.

La noticia ha dejado a Chile con incertidumbre sobre el futuro de su compromiso financiero y su participación en la candidatura conjunta. Se había programado una reunión para el próximo 20 de octubre con ministros y dirigentes federativos de cada país en el marco de Juntos 2030, pero ahora se encuentra en duda si ese compromiso se mantendrá. Chile, que había albergado grandes expectativas y esperanzas, se enfrenta a un futuro incierto en la organización del Mundial 2030.