El Bono por Hijo es un valioso beneficio que busca mejorar las pensiones de las mujeres a través de la entrega de un aporte por cada hijo nacido vivo o adoptado. Este aporte es una parte esencial de la seguridad financiera de las madres y es importante comprender sus características y requisitos.

En lo que respecta al monto del beneficio, este se establece como el 10% de 18 ingresos mínimos mensuales. Es crucial destacar que el bono comienza a generar rentabilidad a partir de la fecha de nacimiento del hijo o hija. Si se trata de hijos adoptados, el beneficio económico se otorgará tanto a la madre biológica como a la madre adoptiva, reconociendo así a ambas figuras en el proceso de crianza.

¿Quiénes son elegibles para recibir el Bono por Hijo?

Las mujeres que deseen acceder a este beneficio estatal deben cumplir con ciertas condiciones, que incluyen:

1. Tener 65 años de edad o más.

2. Residir en territorio chileno durante un período de al menos 20 años, ya sea de manera continua o discontinua, contados desde que la beneficiaria cumplió 20 años.

3. Haber vivido en Chile durante al menos cuatro años dentro de los últimos cinco años anteriores a la solicitud del bono.

4. Estar afiliada a una Administradora de Fondos de Pensiones (AFP) y haber obtenido su pensión a partir del 1 de julio de 2009.

5. Ser titular de una Pensión Básica Solidaria de Vejez y haber obtenido su pensión a partir del 1 de julio de 2009.

6. Si no está afiliada a un régimen previsional, haber recibido una pensión de sobrevivencia otorgada por una AFP, una compañía de seguros o el Instituto de Previsión Social (IPS) a partir del 1 de julio de 2009.

En cuanto a los montos que otorga el Bono por Hijo, es importante tener en cuenta que dependen de la fecha de nacimiento del hijo:

– Si el hijo nació antes del 1 de julio de 2009, se aplicará el ingreso mínimo de $165.000.

– Si el hijo nació después del 1 de julio de 2009, se aplicará el ingreso mínimo correspondiente al mes de nacimiento.

Este beneficio busca reconocer y apoyar a las madres en su rol fundamental en la crianza de los hijos, contribuyendo así a su bienestar económico y a la seguridad de sus pensiones en el futuro.