Anoche, la situación de Dembélé como jugador del Barça parecía estar muy lejos de su hogar. El ambiente en el Hotel Thompson de Dallas (Texas) era sombrío, ya que en el club se daba por sentado que no habría marcha atrás y que el francés anunciaría su partida al amanecer, en la primera hora de la tarde en España.

Varios compañeros del vestuario ya compartieron con sus allegados que el Mosquito les informó que se marcharía. Esto llevó al Barcelona a cambiar sus planes de viaje a Las Vegas, donde tenían programado un amistoso contra el Milan. La expedición decidió adelantar el vuelo a las 4:00 de Dallas, las 23:00 horas en España, coincidiendo con el momento en que se conocería si Dembélé ejercía su cláusula de rescisión de 50 millones de euros. El cambio de plan fue motivado, sin duda, por la decisión del jugador de no subirse al avión a Las Vegas.

¿Dembélé al PSG?

Otro punto de incertidumbre está relacionado con los tiempos. El Paris Saint-Germain tiene hasta medianoche para ejecutar la cláusula, de lo contrario, el precio aumentaría a cien millones de euros. Sin embargo, la sensación en el ambiente era que el Barça se sentía derrotado por el Paris Saint-Germain, lo que se evidenciaba en el clima funerario que rodeaba al equipo desde la mañana en Dallas. Es destacable que en días previos, el Paris Saint-Germain también se llevó a Arnau Tenas.

El Barça afirma haber ofrecido una renovación de contrato a Dembélé hasta 2027, pero el agente del jugador, Moussa Sissoko, presentó una contraoferta que el club consideró inasumible dada la austeridad económica actual. El problema radica en el agujero dejado en el contrato del jugador el año pasado, que permitía su salida por 50 millones de euros durante junio y julio de 2023, con la particularidad de que el jugador se llevaría el 50% de dicha cláusula. Esta gestión cuestionable ha sido atribuida a Mateu Alemany y la Junta Directiva.