Cartagena señaló que hubo un punto de inflexión: cuando el fiscal José Ortiz decidió formalizar al tío abuelo de Tomasito, Jorge Escobar, porque “no tenía antecedentes suficientes” y la PDI le advirtió que era “inconveniente”. Ese hecho “marcó definitivamente y de forma negativa la predisposición del personal BH-PDI para con la fiscalía y los fiscales y también para con la indagatoria”, dijo la persecutora.

Según dijo, desde entonces todas las actuaciones de la Brigada de Homicidios “fueron realizadas bajo la absoluta convicción de que el niño se había perdido solo y había fallecido al margen de la intervención de terceros”. Solicitaban diligencias a la fiscal “siempre en pos de comprobar la teoría que se había elegido por la BH, como la única posible”, afirmó.

“Dicha postura fue patente frente a diligencias que se les encargaron, las que realizaron sin el más mínimo entusiasmo, salvo aquellas que desplegaron de forma casi autónoma para poder imponer su versión de lo ocurrido”, agregó la fiscal regional.

En otras tantas situaciones, Marcela Cartagena acusó a la doctora Carla Aldana, miembro de la Brigada de Homicidios y del SML, “descartó en el sitio de hallazgo que el niño haya sido violado” y por eso, los peritos no tomaron “muestras relacionadas a un posible delito de violación”.

Para la fiscal esto es “muy grave, imposible para el más brillante de los peritos-médicos. Injustificable desde cualquier metodología posible y se torna peligroso si se analiza que dichos comentarios fueron escuchados por todo el personal BH que la acompañó”.